Te preguntarás por qué. Muy sencillo, porque es el cerebro el que escribe.

El proceso de escribir se establece por un circuito nervioso que se inicia en el hemisferio izquierdo y que envía señales sensomotoras desde el cerebro a la mano.

Fue el médico suizo Max Pulver, quién, a principios del siglo XX estableció que cuando escribimos, el cerebro se sirve de nuestra mano para plasmar sobre el papel todo cuanto está dentro de nuestra cabeza. Revelamos en el papel los rasgos de nuestra personalidad, aptitudes, capacidades y vivencias. Incluso, lo que no conocemos de nosotros mismos…o no queremos reconocer. Según Pulver, «al escribir proyectamos inconscientemente nuestro ser. Escribir conscientemente es lo mismo que dibujar inconscientemente el dibujo de nuestro autorretrato. No son las líneas las que hablan, sino el movimiento de la ‘cinta’ gráfica. Las palabras poseen algo corpóreo, oscina como pequeños astros en el fondo del espacio blanco del papel. Letra es un signo, una bandera, una cabeza, un arma, una cruzo. En resumen: un símbolo de nosotros mismos«.

La letra permite conocer debilidades y fortalezas de la persona analizada. Nos permite establecer un DAFO sobre nuestra manera de ser. Por lo tanto, es un método infalible para asesorar sobre aspectos que influyen en nuestra manera de vivir y de afrontar una enfermedad, de reconducir una vida o una profesión…y hasta de pasarlo fenomenal.

• La Grafología es la ciencia del gesto, del temperamento y del carácter. Tiene leyes, método experimental, clasificación y técnica propia.
• Es una disciplina que se estudia en Medicina Legal, que se basa en neurociencia, psicología experimental y clínica, y técnicas proyectivas.
• El profesor italiano Camilo Baldo es el primer grafólogo del que se tiene referencia. En 1622 escribió el «Tratado de cómo, de una carta, se conoce la naturaleza y la cualidad del escritor».
• En 1830 se fundó la primera escuela de Grafología en Francia.
• La escritora y ensayista Matilde Ras introdujo la Grafología científica en España a principios del siglo XX. Fue discípula de los grandes grafólogos franceses y españoles, como Jules Crepieux-Jarmin e Hipólito Michón. Fue ella quien dijo que «la Grafología es el espejo del alma» y trabajó profundamente sobre los aspectos de la firma.
• Hipólito Michón creó la Escuela Mímica. Estableció los siete sectores de análisis para conocer la personalidad de quien escribe: el tamaño, la forma, la dirección, la presión, la velocidad, la continuidad y el orden.
• El químico alemán August C. Honroth, jefe del Centro de Grafólogos y Criptógrafos de Alemania, creó la Corriente Emocional. Dice que las emociones internas penetran en el subconsciente del individuo y producen en el grafismo o en determinadas palabras clave deformaciones que permiten llegar al interior de quien escribe.
• El Dr. Max Pulver creó la Grafología Científica Simbólica y fundó la Sociedad Grafológica de Neuchatel. Creó el esquema del Simbolismo Gráfico en Movimiento.
• En 1975 se creó la Sociedad Española de Grafología, donde destacaron Mauricio Xandró, Silvia Ras y Augusto Vels. 
• Augusto Vels fue el creador del ‘Grafoanálisis’.