Grafointeriorismo con Felipe VI, la sobriedad
Sobrio, sencillo y mesurado. Así es el Felipe VI. Un hombre que ha crecido con la generación de españoles que hoy ostenta puestos relevantes en todos los campos y que es un icono de la vida española desde niño. El proceso de Grafointeriorismo que hemos seguido con su letra y con su firma confirman la imagen que la mayoría tiene de él. Un hombre que tiene claro cuál es su destino y que lo ha asumido hasta hacerlo parte de sí mismo. Sin estridencias, pero con la contundencia que otorga querer desempeñar un papel que se ha asumido en la vida. Grafointeriorismo con Felipe VI, la sobriedad.
A medida que te adentras en el análisis, te vas dando cuenta que, aunque en apariencia es una letra sencilla y simplificada- que lo es- sin embargo, es una letra llena de matices. Y estas singularidades son las que forman la personalidad del actual Rey de España, Felipe VI.
Lo primero que vemos cuando analizamos su texto es que es una letra muy pequeña. Y además, se entienden perfectamente todas y cada una de las letras, que están ‘dibujadas’ de forma precisa sobre el papel. Estos rasgos son propios de una persona modesta, con capacidad de observación de los detalles y con mucha capacidad de atención. Abierto a la autocrítica y muy respetuoso con las personas que tiene a su alrededor a la hora de valorar su opinión. Tiene fuerza de voluntad. Es disciplinado y serio con las tareas encomendadas.
Pero, como hemos dicho, la letra de Felipe VI es una letra llena de pequeños matices, que aparentemente pueden pasar inadvertidos, pero que nos dicen mucho de él. Para empezar, diremos que es una letra levemente vibrante. Es una letra con ritmo, que avanza por el papel de forma armónica y sensible. Ello delata que el alma del Rey es propia de un hombre sensible, que es una persona a la que se va descubriendo en las pequeñas cosas y decisiones de la vida. Se va dejando conocer poco a poco, sin estridencias.
También vemos que es un hombre constante y en cierto modo, tozudo, aunque sin llegar a extremos. En las barras de su letra ‘t’ vemos que es un hombre meticuloso. Que se aplica a una tarea con cuidado, con la precisión de un relojero. Le gustan ‘las cosas bien hechas’ y le gusta ‘hacer bien las cosas’. Además, las barras de su letra ‘t’ también nos ratifican en que es un hombre afable en su trato, sencillo y cercano. Pero eso si, un poco terco. Es un hombre que no se impone por la fuerza, pero tiene claras sus ideas y tiene intención de llevarlas hasta el final.
Vamos con su firma, que es mucho más grande que el texto. Así que ya nos avisa de que él se tiene en alta estima, que sabe de su valía y es consciente del lugar que ocupa en la pirámide social y política. Eso no quiere decir que pierda su sencillez, ni su franqueza, ni su autenticidad. Ya vemos que al margen de la letra de su firma es muy grande, en especial, la letra F que forma la inicial de su nombre, el dibujo de sus letras es igual al del texto, aunque de mayor tamaño. El tamaño de su letra mayúscula nos deja claro que él es el Rey. Y que es el ‘primero de la lista’.
En segundo rasgo que vamos a destacar de su firma es su dirección, levemente ascendente. Ello confirma la fortaleza y las ganas para enfrentar retos que nos ha desvelado la barra de su letra ‘t’. Es un hombre positivo, pero con los pies en la tierra.
¿Qué nos dice su rúbrica? La letra ‘F’ de su nombre hace un ‘camino’ con la raya que sitúa debajo del mismo. Felipe VI prepara el terreno antes de actuar. Sopesa bien pros y contras y tras una decisión, encauza sus pasos hacia el objetivo que quiere lograr. También vemos que, de nuevo, es muy consciente de quién es, el lugar que ocupa y su responsabilidad.
En resumen, podemos confirmar que es un hombre inteligente, sencillo, muy observador, meticuloso, con capacidad y fuerza para acometer las tareas que se propone. Al mismo tiempo, es consciente del papel que representa en su vida, actuando con cierto afán protector.
Aquí tienes el vídeo con todos los detalles.